Hostales en Nueva Zelanda

Nueva Zelanda está ubicada en la esquina suroeste del Océano Pacífico, a unas cuatro horas en avión desde Australia. A menudo se le llama el paraíso de los mochileros, un nombre que ha ganado no solo por su notable seguridad, la abundancia de lugares de interés y la actitud juvenil y amigable de los locales hacia los turistas, sino también por la excepcional infraestructura y las instalaciones que el país ofrece a los viajeros con presupuesto limitado. Entre los jóvenes, es común llegar a Nueva Zelanda con una visa de trabajo y vacaciones y quedarse en el país por un período prolongado, tomando trabajos temporales y viajando entre ellos. Al visitar el país, uno se siente mimado con las opciones de cosas por explorar. Dada la historia relativamente corta del país, no abunda en edificios y monumentos históricos. Pero la belleza inigualable de su naturaleza, la variedad de paisajes que ofrece y los encuentros auténticos con la cultura maorí definitivamente harán que Nueva Zelanda permanezca en tu corazón durante mucho tiempo.

El país está situado en dos grandes islas, la Isla Norte y la Isla Sur. Hay una espectacular diversidad entre la Isla Sur con sus fiordos, glaciares y picos montañosos cubiertos de nieve la mayor parte del año, y la Isla Norte con sus formaciones volcánicas y playas tropicales. La Isla Norte es la más pequeña de las dos, y a pesar de su tamaño menor, alberga tanto la capital del país, Wellington, como la ciudad más grande de Nueva Zelanda, Auckland. También tiene algunos lugares de gran tradición maorí como Rotorua, Taupo y New Plymouth. En la Isla Sur, probablemente te alojarás en pueblos más pequeños como Kaikoura, famoso por la observación de ballenas, Motueka, la puerta de entrada a grandes caminatas, y Queenstown, la capital de la aventura del mundo.

Lo mejor del país es que no hay que viajar lejos para encontrar algo completamente nuevo y asombroso. El país complace tanto a aquellos que anhelan la soledad con sus vastos espacios deshabitados y playas donde no te encontrarás con nadie durante semanas (ideal para eso serían lugares en la península de Coromandel, como Hahei o Punakaiki) como a los lugares turísticos concurridos donde todo gira en torno a los jóvenes (como Wanaka, Queenstown, Franz Josef y los glaciares Fox). El país es uno de los más populares del mundo entre los entusiastas de los deportes extremos, como el paracaidismo, el puenting, el ciclismo de montaña, el esquí, el kayak en el mar y el rafting en aguas bravas. Además, ofrece algunas de las mejores caminatas a nivel mundial, con sus 9 Great Walks que son senderos de importancia natural excepcional y el Milford Track, que es considerado por muchos como el sendero de caminata más hermoso del mundo. Para poder hacer los senderos y alojarte en albergues cercanos, tendrás que asegurarte de reservar con bastante antelación. Tu mejor opción es buscar un albergue en Te Anau, ya que está cerca de la mayoría de las caminatas del sur.

Los albergues en todo el país son relativamente baratos y de un estándar consistentemente alto. La limpieza es una alta prioridad en la mayoría de los lugares, y los extras sorpresa (como jacuzzis o una sopa gratis para la cena) son bastante comunes. Normalmente puedes esperar una atmósfera extremadamente amigable y familiar, y un énfasis en mantener el lugar acogedor y bien atendido, con atención a cada individuo en lugar de la ambición de albergar a un gran número de personas. Sin embargo, esto también significa que los mejores lugares se llenan bastante rápido, por lo tanto, se recomienda definitivamente reservar con unos días de antelación.

En resumen, en Nueva Zelanda, se están haciendo todos los esfuerzos para que el mochilero sea lo más fácil y agradable posible y es probable que encuentres a muchos otros viajeros con presupuesto limitado en el camino. El transporte se basa principalmente en autobuses de larga distancia, con una de las dos compañías nacionales vendiendo paquetes de ciertos kilómetros que puedes utilizar en cualquiera de sus autobuses dentro de un período de tiempo determinado y la otra ofreciendo el primer asiento en cada autobús por solo un dólar. El transporte en ferry es fácil y barato entre las dos islas, pero aquellos que lo prefieren también pueden tomar uno de los muchos vuelos diarios que operan entre las principales ciudades de las dos islas. La comida tiene precios razonables y comer en lugares de comida rápida y para llevar tampoco hará que tu presupuesto se dispare.